Con Abraham se abre un espacio de comunicación, con Jacob y sus doce hijos se dieron las bases para formar un pueblo y a través de Moisés, se estructura un pueblo para Dios, al que educa en lo moral, espiritual y en lo cotidiano. Moisés no sólo enseña la Ley a su pueblo, sino que insiste en su cumplimiento. Él sabe que si el pueblo vive la ley de Dios será feliz y libre en toda la extensión de la palabra. Se dejó instruir por Dios, los cuarenta años de pobreza material lo enriquecieron a él y a su pueblo en sabiduría, en fortaleza psicológica y en fortaleza física. Jacob forma al pueblo físicamente y Moisés lo formó en la mente de los hombres. Dios amó al pueblo elegido cuando le entrega y le pide que cumpla con los DIEZ MANDAMIENTOS, para que se libere, sea feliz y sirva de ejemplo a los pueblos vecinos e ilumine a los hombres de toda la Tierra.
Los Diez Mandamientos son un poderoso escudo para permitir una convivencia pacífica entre los seres humanos. Los grandes problemas de la humanidad se generan por la violación sistemática de cada uno de ellos. Un breve análisis permite comprender mejor esta idea, al practicar el mandamiento de “No matar”, se eliminaría de inmediato los suicidios, homicidios y guerras, toda vez que el principio de la guerra es exterminar al enemigo; en consecuencia, el hombre y la humanidad se liberan de una pesada carga, “provocar la muerte a un ser humano”. Desde hace tres mil doscientos años el asesinato está prohibido por Dios y no hace ninguna excepción. No existe ninguna razón para matar. Los asesinos tradicionalmente odian a sus semejantes, con una mezcla de envidia. Asimismo, los otros cuatro: No al adulterio (que implica ser fiel a Dios), No robar, No mentir y No desear los bienes ajenos. Tienen como finalidad frenar la maldad humana y el odio que vence y somete a los hombres al violar la enseñanza y la Ley de Dios.
El día de reposo o de descanso, el séptimo día, significa literalmente “parar”, dejar de trabajar. ¿Cuál es el sentido de este mandamiento? La concentración exterior para realizar día a día todo tipo de trabajo, primero para sobrevivir y luego por el bienestar personal, exige entrega física y de tiempo, situación que genera cansancio en el cuerpo y un agotamiento mental por el esfuerzo. Sin embargo, hasta ahora los seres humanos han estado más dispuestos a defender de acuerdo a su percepción religiosa el sábado o domingo como el día de reposo, que a entender su significado más profundo. ¡Desconectarnos al menos un día a la semana de la rutina diaria, para dedicar un momento de intimidad y de reflexión a fin de descubrir el verdadero sentido de la vida y descifrar sus misterios!
Al considerar los mandamientos como una pirámide ascendente que se inicia con el “no codiciar los bienes ajenos” y en la medida que el hombre los cumple y mejora su conducta, se libera poco a poco del mal, solo así podrá tener la fuerza necesaria para cumplir con cada uno de los otros que son de mayor exigencia. Sin embargo, al violar uno de los mandamientos se violan todos los demás porque se desobedece la Ley de Dios. Los Diez Mandamientos fueron entregados al hombre hace más de tres mil años, pero ningún ser humano hasta ahora los cumple para demostrar con su fiel comportamiento su lealtad a Creador.
Dios y su Plan de Salvación. Dios debió crear un Plan para rescatar a los seres humanos de su propia maldad y enseñarles que son sus hijos, puesto que los fundadores de la familia humana son Dioses, y en consecuencia, pueden recuperar la cordura para trabajar por la Tierra prometida, la Nueva Jerusalén, el Reino de Dios. La historia humana está llena de crímenes producto de los malos pensamientos que crea la mente debilitada por la deslealtad a Dios. Los malos pensamientos son el origen de los malos sentimientos y los malos sentimientos culminan en malas acciones. La maldad humana se manifiesta de muchas maneras y cada integrante coopera con sus enojos, malas acciones, deslealtades y la agresividad que cada uno ve y vive cotidianamente. Por tanto, el Plan de Salvación, además de formar un pueblo que luego lo instruye en su Ley con los Diez Mandamientos, debe tener en cuenta los malos actos y la negatividad que se encontraba la humanidad en ese momento y el grado de maldad que se encontraría en el futuro.
Antes del nacimiento de Jesús la humanidad había logrado un importante desarrollo, los egipcios, griegos, las culturas de América, China y en otros lugares del planeta. El mayor desarrollo se logra con el Imperio Romano, desde Roma se dirigía a los pueblos del mediterráneo. La humanidad sigue su propio rumbo, aun cuando Dios instruye a través del pueblo hebreo y desde ahí, a través del Inconsciente Colectivo informa a los hombres de toda la Tierra.